Nuestros cuerpos trabajan muy duro para nosotros, ¿cómo le devolvemos el favor? Quizás no te des cuenta de que incorporar algunos movimientos muy simples puede tener un efecto significativo en tu bienestar general. Compartiremos pequeños movimientos que ayudan a mejorar la alineación y el bienestar físico general.
Pequeños movimientos: flexión de mentón
Como lo haces:
Siéntate erguido y mira al frente con las orejas directamente sobre los hombros. Coloca un dedo en tu barbilla. Sin mover el dedo, tire de la barbilla y la cabeza hacia atrás (sintiendo un levantamiento desde arriba de la coronilla) hasta que sienta un buen estiramiento en la base de la cabeza y la parte superior del cuello. Mantenga durante 5 segundos.
Qué ayuda:
“¡Cuello técnico!” Ayuda a combatir el dolor de cuello, fortaleciendo los músculos que alinean la cabeza sobre los hombros.
Pequeños movimientos: inclinación pélvica
Como lo haces:
Párese erguido con los pies separados a la altura de los hombros y con una microflexión de las rodillas. Incline la pelvis hacia adelante sin inclinarse hacia adelante. Los músculos abdominales y de los glúteos se tensarán. Mantenga durante 5 segundos.
Cómo ayuda:
Las inclinaciones pélvicas ayudan a aliviar el dolor de espalda, reduciendo la rigidez en la zona lumbar y estirando los músculos. ¡También fortalecen los abdominales y los glúteos!
Pequeños movimientos: tejer acanalado
Como lo haces:
Párese erguido, con los pies separados a la altura de las caderas y con una microflexión de la rodilla. Alargue el coxis tirando hacia abajo hacia los talones, sin inclinarse hacia adelante. Dibuja las costillas delanteras enganchando el núcleo. Levante y abra el pecho para alargar la columna.
Qué ayuda:
¡Tu núcleo y espalda! Tejer las costillas crea una columna más saludable, una mejor postura y le permite activar todas las partes de su núcleo, especialmente la capa más profunda conocida como abdomen transverso.
Pequeños movimientos: apertura escapular
Como lo haces:
Siéntese erguido en una silla con los pies y los huesos enraizados hacia abajo, a la distancia de las caderas, los tobillos directamente debajo de las rodillas y la coronilla alargada hacia el techo. Extienda los brazos rectos frente a usted con las palmas una frente a la otra. Contraiga los abdominales, tirando del ombligo hacia adentro, hacia la columna. Inhale, abriendo los brazos hacia los lados juntando los omóplatos. Trate de no arquear la espalda ni empujar las costillas hacia adelante. Exhala y regresa los brazos a la posición inicial.
Qué ayuda:
La apertura escapular ayuda a involucrar los músculos más grandes y más cercanos al cuerpo, para ayudar a mitigar nuestra tendencia a abusar de los músculos más pequeños de las extremidades. Esto ayuda a prevenir lesiones y apoya la alineación de la columna, aliviando el dolor de espalda y cuello.
Pequeños movimientos: dominación de pies
Como lo haces:
Siéntate derecho en una silla, colocando el pie apoyado en el suelo. Manteniendo las almohadillas de los dedos presionadas hacia abajo y los dedos apuntando rectos, contraiga los músculos de la planta del pie. Hacer esto elevará su arco. Deberías poder ver las uñas de tus pies todo el tiempo (asegúrate de no doblar los dedos hacia abajo). Mantenga esta posición.
Qué ayuda:
Esto no sólo se siente bien, sino que también ayuda a activar los pequeños músculos intrínsecos ubicados dentro del pie (hay 11). Ayudan a mantenernos estables, sostienen el arco del pie y son importantes en los movimientos de caminar/correr.
Pequeños movimientos: giros de muñeca
Como lo haces:
Sentado erguido, comience con las palmas juntas frente al pecho con los codos extendidos (manos de oración). Gire las manos hacia afuera para que las palmas se abran hacia el frente; Extienda los brazos mientras gira las muñecas para que el dorso de las manos se junte. Una vez que los brazos estén completamente extendidos y el dorso de las manos se toquen, gire las muñecas de modo que los pulgares acerquen a la cara mientras los codos se doblan hacia adentro. Continúe girando las muñecas y doblando los codos hasta volver a la posición inicial. Repita en la dirección opuesta.
Qué ayuda:
¡Tus muñecas de escribir/teléfonos inteligentes! La movilidad del codo y la muñeca ayuda a evitar el entumecimiento y el hormigueo que son precursores de trastornos más graves.
Pequeños movimientos: lengua en reposo
Como lo haces:
Concéntrese en descansar la lengua suavemente sobre el paladar y aproximadamente a media pulgada de distancia de los dientes (hay un pequeño triángulo detrás de los dientes frontales en el paladar). Mantenga los labios cerrados y los dientes ligeramente separados.
Qué ayuda:
Sorprendentemente, la lengua y el lugar donde descansa pueden afectar a todo el cuerpo. Una mala postura de la lengua puede tener un efecto negativo en los ojos, la nariz, la cabeza, el cuello, los hombros y, por supuesto, en los dientes. Puede contribuir o provocar apnea del sueño, ATM, problemas de visión, problemas de postura y daño dental.